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martes, 18 de junio de 2013

Google Reader: ¿adiós o sólo hasta pronto?

Google Reader: ¿adiós o sólo hasta pronto? Hace tres meses, Google anunció la “jubilación” de Google Reader, en el marco de la segunda operación de limpieza primaveral de la empresa. El día 1 de julio, dentro de dos semanas, la aplicación de RSS recibirá su reloj de oro, un cóctel de despedida, recogerá sus bits y abandonará el edificio por última vez. Los demás afectados por la operación limpieza de Google son en su mayoría herramientas para desarrolladores, que serán sustituidas por servicios superiores (o bien más sencillos y amigables): si tu aplicación usa CalDAV, puedes pasarte al Google Calendar API; Google Map Maker ocupará el hueco que deja Google Builiding Maker; Google Cloud Connect se marcha, larga vida a Google Drive. En cambio, los fieles seguidores de Google Reader no han recibido ninguna explicación de la empresa, más allá de un insípido “su uso ha disminuido”, y no se les ha ofrecido ningún sustituto; ni siquiera una recomendación más allá de un seco “recojan sus datos y vayan pasando”. Los usuarios y los desarrolladores interesados en alternativas RSS pueden exportar sus datos, suscripciones incluidas, con Google Takeout a lo largo de los cuatro próximos meses. La decisión no ha sido bien acogida por los usuarios cuyas cuerdas vocales son tan sólidas como su vínculo con su lector de blogs favorito. James Fallows, el polifacético redactor de The Atlantic, manifestaba su creciente desconfianza hacia los “experimentos” de la empresa en Un problema que Google se ha buscado solita: Ya he descargado la versión para Android de la nueva aplicación de Google para recopilar notas, fotos e información, llamada Google Keep… El problema es que Google ya tiene toda una reputación de probar, y luego cancelar, nuevos software “interesante” que no tengo ni idea de cuánto tiempo seguirá… Hasta que encuentre algún motivo por el que mantener Keep en funcionamiento sea de interés para Google a largo plazo, no voy a dedicarle tiempo ni a alojar información en él. En el mismo sentido se expresa Ezra Klein del Washington Post (aquí el artículo completo): Pero ya no estoy seguro de querer volver a ser un conejillo de indias para Google. Me encanta Google Reader. Y usaba constantemente Picnik. Estoy harto de perder los servicios que utilizo. ¿Qué ofrecía exactamente Google Reader para que los usuarios -yo incluido- nos excitemos tanto y nos tomemos su eliminación como algo personal? Leer es, para algunos de nosotros, una adicción. A veces el hábito acaba siendo rentable: las horas de mi juventud que pasé leyendo manuales de informática los sábados por la mañana parecían malgastadas en aquel momento, pero la “investigación” dió sus frutos. Antes de que la web abriera de par en par las puertas de las 10.000 Bibliotecas de Alejandría en las que soñaba en el último capítulo de mi The Third Apple, mis hábitos de lectura consistían en una dosis diaria de papel prensa. Pero a medida que el acceso en línea a los diarios del mundo real se fue generalizando y haciéndose más fácil de gestionar, fui dejando caducar mis suscripciones al papel (aunque siempre echaré de menos el ruido del NYTimes aterrizando en nuestro porche… un placer inocente que no existe en el país donde nací). Nada facilitó tanto la transición hacia las noticias exclusivamente digitales como el protocolo RSS (Real Simple Syndication, al que mi amigo Dave Winer hizo aportaciones cruciales). RSS permite sindicar un sitio web con sólo añadirle unas cuantas líneas de código HTML. Para suscribirse, el usuario no tiene más que pulsar un botón. Cuando actualizas el blog, se publica automáticamente en el “agregador de feeds” elegido por cada usuario. Las aplicaciones y complementos de agregación RSS se convirtieron rápidamente en un campo muy activo, como demuestra este enlace. Por desgracia, los interfaces de usuario de dichas aplicaciones -la manera de añadir, eliminar suscripciones y navegar por ellas- a menudo dejaba mucho que desear. Hasta que llegó Google Reader, presentado en 2005. El agregador RSS de Google se llevó por delante a todo lo que había, gracias a la combinación de los recursos de la empresa en la nube y un interfaz de usuario sobrio y claro, compatible con todos los navegadores populares… y a un precio adecuado: gratis. Yo me enganché. Acabo de comprobarlo: tengo 60 suscripciones en mi Google Reader. Pero la cantidad es menos importante que el modo en que se presentan los feeds: puedo buscar rápidamente entre ellas, agruparlas en carpetas, buscar en los artículos anteriores, enviar artículos a los amigos, hojear los resúmenes, y todo ello con aún más facilidad, gracias a los atajos de teclado (O para abrir, V para ver la vista completa en la página original, May-A para marcar toda una carpeta como leída). Antes leía cuatro periódicos con el café de la mañana. Ahora abro el portátil o enciendo la tableta y hojeo mi lista personalizada de Google Reader, en constante evolución. Me siguen maravillando la amplitud y la profundidad de las fuentes disponibles, desde la gadgetería desatada hasta la política, la tecnología, la ciencia, los idiomas, los coches, los deportes… Me uno al coro de plañideras por la inminente desaparición de Google Reader. Afortunadamente, hay alternativas que ahora merecen más atención. Para empezar, mis vecinos de Palo Alto: Flipboard. Más que un simple sustituto de Google Reader, Flipboard permite componer y compartir revistas personalizadas. Está muy bien hecho, aunque para mi uso cotidiano, su bonito interfaz de usuario me impide echar un vistazo rápido a los campos informativos que me interesan. No obstante, si aún no lo tiene usted instalado en su dispositivo iOS o Android, debería probarlo. A continuación tenemos a Reeder, una aplicación todavía en evolución que está disponible para Mac, iPhone e iPad. Reeder toma sus suscripciones de Google Reader y las muestra de forma “limpia y bien iluminada”: En mi caso, Feedly parece la mejor forma de apoyar mi hábito de lectura (al menos, por ahora). Feedly se ofrece en forma de aplicaciones para iOS y Android, y extensiones para Chrome, Firefox y Safari en el ordenador portátil o de sobremesa (PC o Mac). Feedly es sumamente personalizable: personalmente me gusta la posibilidad de emular la presentación minimalista de Reader, pero otros usuarios disfrutarán con la vista previa de los artículos, más rica y gráfica. Para los usuarios nuevos o “en tránsito”, ofrece una excelente página de consulta: Feedly hace una aclaración importante: en el futuro habrá una versión de pago, lo que constituye un modo de medir el verdadero valor de la aplicación y de establecer un vínculo más duradero entre los usuarios y la empresa. Existen otras alternativas. Una búsqueda de “Google Reader replacement” (frase completa) en Google ofrece casi un millón de resultados. Curiosamente, Bing sólo encuentra 35.000. Ello nos devuelve a la pregunta aún sin responder: ¿por qué ha decidido Google matar un producto tan apreciado y tan utilizado por los usuarios bien informados? Hace poco asistí a una jornada de ‘Trae a tus padres al trabajo’ en Google (además de varios camaradas de las viejas guerras de sistemas operativos, ahora tenemos un hijo que trabaja allí). La conclusión del acto fue la reunión semanal al estilo TGIF (que tiene lugar los jueves en Mountain View, parece que para permitir que participen los Googlers de otros husos horarios). Es habitual que los dos fundadores suban al escenario para anunciar novedades y responder preguntas. No es de extrañar que alguien le preguntase a Larry Page por Google Reader. Su no-respuesta se ajustó al guión de “no tenía suficientes usuarios, sólo alrededor de un millon”, pero Sergey Brin no pudo evitar recordar que un millón viene a ser la cantidad de espectadores a distancia que tuvo la convención Google I/O para desarrolladores, de la que Page acababa de presumir. Tal vez la decisión de cargarse Reader no fue del todo unánime. Y tampoco parece importar que Feedly asegure tener ya tres millones de suscriptores… La mejor explicación que he leído (en mis feeds de Reader, claro) es que Google quiere bajar el telón, realizar alguna operación quirúrgica y volver a lanzar su lector de RSS formando parte de Google+, tal vez añadiéndole algo de Google Now: Aunque no puedo decir que me gusten los intentos solapados de atraerme hacia Google+, debo reconocer que los feeds RSS podrían encajar muy bien… Los artículos podrían aparecer a modo de versiones más grandes y mejoradas de la línea única de Reader, más al estilo de las entradas con foto de gran tamaño que utilizan las nuevas Noticias de Facebook. Y aún mejor, las entradas en Google+ tienen herramientas para volver a compartirlas, junto a función de comentarios que favorece la interacción. Ya sabemos que Google actúa a largo plazo, y a menudo obtiene buenos resultados. Veremos si lo de cargarse Reader ha sido un tropiezo o más bien una forma ingeniosa de atraer a los usuarios de Facebook hacia la órbita de Google. Puede que simplemente se trate de una cuestión de oportunidad. Por ahora, Google Reader va camino del depósito de cadáveres. ¿Podemos esperar en serio que los competidores de Google -Yahoo!, Facebook, Apple, Microsoft- se resistan a la tentación de perseguir la ambulancia?

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